III Congreso Andaluz de Mediación. Marzo 2012.
Autora: Silvia Velasco Navarro
El
termino mediación ha tenido en diversas culturas y épocas significados diferentes,
pues diferentes eran las circunstancias y sociedad del momento. Esta
modificación cultural de la mediación ha ido evolucionando en Europa y en
España del mismo modo que han ido apareciendo otras formas de entender la vida, de vivir los propios derechos y, por
tanto, de entender los conflictos y de mediar en ellos. Este proceso de cambio
de mentalidad con relación al conflicto y a su resolución ha empezado por tener
en cuenta los intereses de la parte enfrentada y enfocar la resolución de conflictos
de forma cooperativa. De alguna forma se pretende superar las visiones
unilaterales del conflicto que las partes tienen para hacer nacer una salida
original, nueva, tercera, que todos sientan como propia.
En la mediación moderna a través del modelo de “Historia
de la
Transformación” se pretende que la mediación
sea un instrumento que pueda cambiar a las personas, permitiéndoles definir sus
problemas y que ello les ayude en el proceso de su crecimiento personal.
“Este tipo de ideología se niega a considerar el conflicto como un problema.
Las disputas y confrontaciones surgidas de las preocupaciones básicas de las
personas, de sus insatisfacciones y de sus relaciones humanas deben ser
consideradas, no como problemas sino como oportunidades.Por eso utilizar los
conflictos de forma creativa no da la ocasión de ejercitar nuestra capacidad de
tolerancia y empatia, de desarrollar un autentico interés por el ser humano al
que nos oponemos en un tema concreto. La función de la mediación, se convierte,
en un instrumento de desarrollo humano “(Ripol-Millet, 2001)
Algunos autores, como J.F. SIX más recientemente
distinguen entre dos grandes grupos de mediación y de mediadores: los
mediadores institucionales y los mediadores ciudadanos. Los “Mediadores
Institucionales”al
servicio del público y de la institución que los patrocina, intentan
restablecer el dialogo entre institución y usuario cuando éste se ha perdido
(Caso del ombudsman y el Defensor del Pueblo).
Vienen “de arriba”, son profesionales expertos en temas concretos y resuelven
problemas específicos que les plantean los usuarios. J.François Six ,
director del Centro Nacional de Mediación de Francia, llama a esta forma
de mediar “Mediación hombre”.
Los mediadores ciudadanos, mediadores strictu sensu según estos
autores, vienen “de abajo” y se sitúan entre el individuo y cualquier poder
como “terceros”, surgidos espontáneamente de entre la ciudadanía. No
tienen ellos mismos poder alguno para resolver problemas; tan solo ayudan, sin prisas
a que los conflictos se elaboren y a que las partes encuentren sus propias
salidas o soluciones. El mismo autor (Six) califica a este tipo de mediación
“Mediación mujer”. En este grupo se pueden incluir movimientos sociales,
plataformas y algunas ONGs.
La mediación tiene otro significado distinto al que se describe
en este monográfico pero no menos importante , denominada intermediación
residencial o inmobiliaria, entendida como aquella figura mercantil que actúa
en el trafico jurídico de bienes inmuebles (promotores, constructores,
inmobiliarias, entidades financieras..) que de una forma ejercen unas funciones
empresariales y mercantiles donde premian su beneficio individual. La actividad
de mediación supone viabilizar o acercar a dos sujetos - diversos del mediador
- para que entre ellos se celebre un negocio jurídico. El mediador, por esa
tarea, obtiene una comisión.No es pues el tema de estudio, pues aunque el
termino semantico pueda llegar a confundir para los ciudadanos,
intermediar no es lo mismo que “mediar”.
La mediación social, con todas las herramientas con las que se
puede contar, como la mediación lingüística, la mediación cultural y la
mediación del conflicto se convierte en un puente entre las diferencias y las
diversidades haciendo posible las “metamorfosis del miedo” (Escobar 1999) que
le permite al hombre que no consigue adaptarse al entorno hostil,
convivir con otros hombres, adaptar el entorno hostil a si mismo y garantizar
así la supervivencia de la especie en una contaminación mutua y constante. La
figura del mediador intercultural es un puente entre dos culturas, el mediador
conoce perfectamente los dos puntos, su labor se resume en unir, acercar,
diluir tensiones y conseguir que haya una comunicación real entre ambas partes.
En el ámbito intercultural se apuntan tres significados
lingüísticos del termino “mediación” a los que se asocia un tipo de mediación
localizado en el terreno ( Cohen-Emerique, 1997)
o
El primer
significado de “mediación” asimila ésta al hecho de servir de intermediario
en situaciones en las que no existe conflicto sino más bien la dificultad de
comunicación. Una tercera persona es la que restablece la relación.
o
Una
segunda definición la considera como una “intervención destinada a poner de
acuerdo, conciliar o reconciliar personas, partes” Este significado nos
lleva a una situación en la que un conflicto, una oposición o un antagonismo
hacen que la intervención de un tercero sea necesaria.
Finalmente una tercera definición considera a la mediación como “el proceso creador por el cual se pasa de un término inicial a un término final”. Esta definición implica la idea de una transformación, es decir, de un proceso dinámico activo, comparable con el significado de “mediador químico” sustancia liberada por fibras nerviosas que produce un efecto sobre las células vecinas). La persona mediadora actúa en este caso como catalizador del proceso
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