viernes, 10 de enero de 2014

Resolver conflictos en comunidades de propietarios y el Blocking!




La sociedad  española del nuevo siglo esta sufriendo de un modo directo los nuevos conflictos y saturación a nivel particular, empresarial y familiar. El bienestar social que tan amplio consenso tuvo a inicios de la democracia, se difumina en nuevas pautas sociales y de comportamiento que lleva a redefinir valores y nuevas formas de afrontar los conflictos personales.

La convivencia vecinal no está ausente de situaciones conflictivas, cuando traspasamos el umbral de lo privado, nos hallamos en el terreno de lo comunitario, nuestras actitudes se reflejan en nuestro quehacer diario y nuestra forma de afrontarlo representa el rol que adoptamos ante nuestros vecinos. No solamente hablamos de problemas financieros en derramas, discusiones en Juntas de Propietarios, necesidades urgentes de habilitar espacios accesibles a mayores, sino que hablamos de ciertas actitudes y derechos que van más allá del civismo ciudadano.

El pasado verano se puso en marcha una iniciativa malagueña denominada  Red de Prevención y Mediación Comunitaria que trata de fomentar la convivencia pacifica entre la ciudadanía. También está destinada a crear un mantenimiento asociativo, redes vecinales y de prevención y creación comunitaria, así como la participación del vecindario. Por lo que se pretende que sean los propios vecinos de la barriada quienes defiendan sus problemas y los que tomen decisiones, intervengan en la realización de las propuestas y los que evalúen sus resultados para consensuar una resolución.

Términos como Acoso o Blocking circulan a la hora de hablar de conflictos vecinales; Los anglosajones fueron los primeros en acuñar el término Blocking, un término que refiere el acoso a otros vecinos de un mismo bloque o barriada y quienes lo sufren lo viven como verdaderas víctimas. Estas situaciones a veces no se detectan o pasan inadvertidas, de no ser tratadas adecuadamente desencadenan un stress emocional  y genera una enorme conflictividad en la comunidad si no se frena  a tiempo.

Puede comenzar con el bloqueo a decisiones vecinales en las reuniones o juntas, trasladarse a más personas y extenderse en el tiempo, pudiendo derivar en complejos procesos judiciales de muy difícil resolución, por este motivo, el proceso de mediación vecina  y la gestión extrajudicial de dichos síntomas pueden allanar un camino que de iniciarse puede producir graves fracturas sociales en los habitantes de un edificio, comunidad o urbanización.

La figura del “Troll” o incendiario, agresor, es una pieza clave en el análisis y detección de quienes utilizan la formula del acoso vecinal con intereses a veces ocultos (`provocación, lanzar rumores, desviar atención..), mala fe o diferencias con otros moradores de su misma comunidad. Los actores secundarios o personas que utiliza el Troll para sus provocaciones son partes integrantes de este sofisticado método por lo que de generarse una negociación, o mediación habrán de tenerse muy en cuenta para una resolución satisfactoria. No frenar a tiempo estas situaciones supone un empeoramiento de relaciones vecinales y reafirmación de estos molestos y negligentes métodos para conseguir consensos en una comunidad.

El temido efecto eco que pueden producir estas intervenciones de acoso o Blocking  puede alterar la normal convivencia vecinal; los responsables y administradores de las comunidades pueden verse afectados por sus responsabilidades adquiridas en medio de conflictos de Blocking y no tomar partido en una solución, la evasión al problema o la dimisión de sus puestos no frena este método en si mismo, al contrario lo incrementa, pues el agresor/es pueden verse fortalecidos. Afrontarlo a través de profesionales de la gestión de conflictos y/o mediación puede poner nombre a los hechos, desentrañar las posiciones e intereses de los afectados y poner orden en una comunidad.

Los últimos actores de este fenómeno y no menos importantes son los restantes vecinos que son testigos de la realidad vecinal, también llamados espectadores activos, que bien por comodidad (evasión) o razones personales deciden no actuar a tiempo en este compás, en ellos esta también parte de la solución del mantenimiento de estos comportamientos o que sigan produciéndose, con la actitud primera pueden instigar a ciertos agresores a mantener estos comportamientos incívicos , lo  cual puede llevar a que alguien se vea obligados a abandonar un inmueble o local de una comunidad llevado por el stress vivido mal gestionado por quienes pueden tomar decisiones para frenarlo a tiempo.

Al fin y al cabo los efectos externos a nuestra vivienda y la comunidad que nos rodea debe generarnos una suerte de buenas energías, influida por el lugar, clima, situación y orientación de nuestras comunidades y moradas, estas energías también fluyen en nuestra contra. La actitud del presidente y el Administrador de Fincas en estas situaciones son esenciales para que fluya el dialogo en todo momento.

Según Emanuela Carmenati, Vicepresidente del Tribunal Arbitral de GIRONA, mencionaba hace tiempo en su artículo “Blocking y Mediación” que existen tres vertientes clásicas para atenuar y abordar estas situaciones: la médica, la jurídica y la social. La médica pertenece a la esfera personal y familiar del afectado, que tendrá lesiones psicológicas que convendrá sean tratadas; Por otro lado el agredido y evitar que se extienda a sus vecinos canalizando de manera oportuna.

La esfera jurídica afecta al agresor (instigador del proceso) y es que atentar contra la integridad moral o coaccionar esta penalizado en nuestro ordenamiento, esto deberá ser perseguido e informar  y divulgar al resto de la comunidad de estos hechos. Se ha de socorrer y frenar estas actitudes sin lugar a dudas.Por último la vertiente social del Blocking afecta a la pasividad vecinal en estas circunstancias, más allá de las consecuencias jurídicas, se plantea una cuestión moral y de conciencia social.




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